jueves, 8 de mayo de 2014

Cuaderno de bitácora: Titan Km 0, día 13

24 de abril, 2014
10:30 de la mañana y por fin me levanto. Realmente estoy dando vueltas entre las sábanas desde las 9. Me siento muy cansado. El cuerpo me pesa y me tiemblan las piernas.
Por mi cabeza pasa, por primera vez, la idea de abandonar.
Despues de un rato, me convenzo de subirme a la bici.

 

Pero antes de salir de Fez me paro a tomar un café.
Me relajo media horita y me como algun bollito.


Y, por fin, empiezo a pedalear. 
La carretera es buena durante unos kilómetros. Como quiero ir recuperando sensaciones voy tanquilo.
Paro a pocos kilómetros de Fez a comprar agua. Y enseguida, de nuevo, para hacerme con unas piezas de fruta en un puestecito a pie de ruta.
Y así, casi sin quererlo, me planto en Sefrou.(30 kms de Fez).
Y, como voy queriendo quererme, hago otra parada junto a las murallitas que veis, para hidratarme y, de paso, hacer el par de fotejos que teneis debajo.

  
 

De vuelta a la ruta me encuentro, por primera vez un indicador kilométrico que marca la primera referencia explícita hacia mi destino: Midelt 172 kms.
La foto era obligada.
Y el efecto moral se trasladó inmediatamente a mis piernas.
Así que, de muy buena gana, después de la foto, reanudo la marcha con buen ánimo.

Y unos veintitantos kms más adelante encuentro un buen lugar para comer, con mucho apetito.
Ensaladita, muy bien acompañada por el excelente aceite de oliva de la zona.

    
 Y mi primer tajín.
  
Tras una hora y pico de parada para comer, reanudo la marcha y casi no me paro, apenas para hacer alguna foto...

  Así que, sobre las 19:00 llego a Boulemane.
A priori, núcleo de población que promete la posibilidad de encontrar alojamiento. Perooooo....
Después de un poco preguntaaar... Me queda claro que no voy a tener donde quedarme.
Así que, en el bar donde pregunto, la gente que me atiende se queda preocupada y se toma la molestia de ayudarme. Cosa que, he de decir, me sorprendió gratamente y que, desde aquí, agradezco.
Así conocí a Jouness. Persona ya humilde en su pueblo. Pero que me ofreció un hueco en su concurrida casa, donde cohabitan, que yo supiera, al menos 8 personas.(sus padres y seis hermanos)

  Aquí debajo podéis ver la habitación donde me ofrecieron cobijo: la mejor de su casa. Una estancia polivalente donde un televisor grande sobre su mesa, dos camas, una mesa escritorio con un tv pequeño y una mesita de centro hacian de aquel cuarto tanto sala de estar como de estudio y dormitorio.
En la foto me véis sentado sobre la cama en que dormí, similar a la que se ve al fondo.
Como bienvenida me sirvieron un té y un pedacito de pan ázimo.



Debajo podeis ver el baño del bar en que me ayudaron a encontrar el cobijo que os cuento.
El de la casa de Jouness era similar.
El aseo personal se hace calentando agua, sirviéndola en un cubo y, con un cacito, ir derramándola sobre el cuerpo al tiempo que te frotas.
Enfin. Día muy provechoso. Que no quiso empezar y que tuvo un emotivo terminar.
Pues a la mañana siguiente, después de un despertar temprano, de recoger mis cosas y prepararme para salir, al abandonar la habitación era obligado pasar junto a la estancia principal (semicircular y con un poyo adosado a la pared que la perimetraba). Entonces descubrí a buena parte de la familia durmiendo sobre aquel poyo. Aquello me hizo sentir mal. Por muchas cosas que no voy a contar aquí pero que muchos imaginaréis: aquella gente, sin casi nada, me había dado lo mejor que tenía.
Toda una lección

El track...

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario